La OMS clasificó al Glifosato como “Probablemente carcinógeno para el ser humano”. Según el médico Medardo Ávila Vázquez «desde mañana no se debería utilizar más este producto masivamente cerca de las poblaciones». Se calculan que en Argentina se vierten 300 millones de litros del agrotóxico por año.
En base a estudios en animales y datos epidemiológicos en humanos, con glifosato puro como con los preparados comerciales (RoundUp), la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en su última reunión de evaluación (marzo 2015) en Lyon, Francia, que ya existe suficiente evidencia como para clasificar al pesticida como A2: “Probablemente carcinógeno para el ser humano” (la segunda categoría en toxicidad cancerígena) al igual que el malation y en menor medida el diazinon, y el tetraclorvinfos.
Para el médico cordobés e integrante de la Red Universitaria de Ambiente y Salud, Medardo Ávila Vázquez, “que esto se haga ahora es una muy buena noticia. En la Argentina hace 10 años que se viene utilizando masivamente el glifosato y hace 9 que la gente viene diciendo que se está enfermando donde lo utilizan para fumigar; principalemente desde que se utilizan semillas transgénicas que son resistentes al glifosato, pero el resto de las plantas no y eso termina generando una contaminación en esas áreas que afecta a la población.», dice el médico cordobés.
Además explica que “se ha ido acumulando mucha información científica en los últimos 5 años que demostraba que esto era así. El Glifosato produce lesiones en las cadenas de ADN y esas lesiones generan células mutantes que son el nido desde donde nace un cáncer” y agrega que “otro dato fuerte es que las poblaciones fumigadas tienen más cáncer“.
Según Ávila Vázquez esto redundará en que en Argentina se tenga que reclasificarlo. “En nuestro país está clasificado como si fuera agua bendita“, ironiza el entrevistado. Sucede que en estas pampas el pesticida está clasificado por el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria), desde 2012, como Clase III (Ligeramente peligroso) pero a pesar de eso hay denuncias de que se sigue comercializando como Clase IV (Producto que normalmente no ofrece peligro).
“Desde mañana no se debería utilizar más este producto masivamente cerca de las poblaciones. Tampoco se pueden permitir en los pueblos esos enormes galpones llenos de glifosato o tirar los bidones vacíos por cualquier lado como pasa ahora. Actualmente el glifosato te lo venden en la ferretería y la gente se ha familiarizado con este uso sobre la base de una propaganda engañosa y criminal de Monsanto que les hacía creer que podía matar a las plantas y que a nosotros no nos iba a hacer nada, cuando compartimos un 40% de los genes de las plantas“.
El Glifosato entró la semana pasada en la misma categoría que está el PCB (utilizado en transformadores eléctricos) de uso prohibido en casi todo el mundo.
La Red Universitaria de Ambiente y Salud (REDUAS) publicó y reproduce el artículo de The Lancet Oncology del 20 de marzo de 2015 que esta disponible aquí y la versión PDFí.
El trabajo traducido por Medardo Ávila Vazquez dice que “el glifosato es un herbicida de amplio espectro, en la actualidad el de más altos volúmenes de producción entre todos los pesticidas. Su utilización se ha incrementado notablemente con el desarrollo de variedades de cultivos genéticamente modificados para ser resistentes a glifosato.
El glifosato se ha detectado en el aire durante la pulverización, en el agua, y en los alimentos. Existía evidencia limitada sobre su carcinogenicidad en humanos.
Estudios de casos y controles por exposición ocupacional en los EEUU(14), Canadá(6), y Suevia (7) reportan aumento de los riesgos para linfoma no Hodgkin, que persistió después de ajustar por exposición a otros pesticidas.
El glifosato se ha detectado en la sangre y la orina de trabajadores agrícolas, lo que indica la absorción.
Las formulaciones de glifosato y el glifosato han inducido daño cromosómico y en las cadenas de ADN en mamíferos y en humanos y células animales in vitro. Un estudio registro aumentos en los marcadores sanguíneos de daño cromosómico (micronúcleos) en residentes de varias comunidades después de fumigación de formulaciones de glifosato(16). Pruebas de mutagénesis bacteriana fueron negativas.
Traducción: Dr. Medardo Avila Vazquez, REDUAS.
Fuente: Red Universitaria de Ambiente y Salud y Web de Salud