Por Fabiana Arencibia, periodista, miembro de www.redeco.com.ar
El 4 de noviembre el Grupo Clarín presentó su tan esperado plan de adecuación a la Ley de Medios. A pocos más de tres meses, el Directorio de la AFSCA lo acaba de aprobar por unanimidad junto a los presentados por otros cinco licenciatarios.
Este es el primer paso en el proceso de desinversión que abre ahora la incógnita de si este “desagrupamiento” implicará en la práctica la democratización de las voces y los discursos.
El lunes se realizó la reunión de Directorio que aprobó los planes de adecuación propuestos por el Grupo Clarín, el Grupo Uno (Vila y Manzano) y los de Aldrey Iglesias, un licenciatario de Mar del Plata, un cable operador de San Juan, otro de Mendoza y otro de Santa Fe. En la próxima reunión de Directorio, estimada para el próximo mes, deberían tratarse los cinco planes que faltan, entre los que está el de Telecentro, Grupo Prisa, Telefé, Olarte del interior y Radio Intercable.
Este es el primer paso. De ahora en más los grupos tienen 30 días para presentar ante el organismo quiénes serán los destinatarios de las licencias que transfieren y/o venden. La nómina de los nuevos titulares será evaluada por la AFSCA para determinar que cumplan con los requisitos de los artículos 24 y 25 de la ley (no ser prestadores de servicio público, no ser extranjeros con países con los que no tenemos convenios de reciprocidad, no haber sido funcionarios de la dictadura, no ser legislador, militar, magistrado judicial, ni funcionario público, entre otros).
Luego, la AFSCA evaluará que los nuevos titulares cumplan con los límites que establece la ley en cuanto a la multiplicidad de licencias (artículo 45), y por último se va a analizar la situación patrimonial del nuevo titular: si tiene fondos declarados suficientes y si no es un testaferro.
Después, tal como lo establece la Resolución 2205/2012 de la AFSCA, “el plazo con que cuentan los licenciatarios para transferir las licencias será de ciento ochenta (180) días corridos a contar desde la notificación del acto por el cual se hubiere admitido —total o parcialmente— la Propuesta de Adecuación Voluntaria”. O sea que una vez aprobadas las autoridades propuestas, los grupos tienen seis meses para concretar la desinversión.
La resolución también establece la obligación para los licenciatarios de no solo continuar el servicio en forma regular sino de “proteger las fuentes de trabajo y mantenerlas en las mismas condiciones anteriores. El adquirente de las licencias deberá respetar y sostener esas mismas condiciones de trabajo”.
Los Grupos que se desagrupan
La propuesta aprobada para Clarín consiste en el armado de seis unidades de negocios. En las dos primeras concentra sus licencias más importantes. En la primera quedan Canal 13 de Buenos Aires, la señal de noticias TN, Radio Mitre, FM 100 y 24 licencias locales por cable de Cablevisión, entre otras. En la segunda unidad mantiene el grueso de Cablevisión y Fibertel, la Metro y 24 licencias de clave.
EL Grupo Uno (Vila y Manzano) propone armar varias unidades de negocio. Sus principales medios son América, América 24, Radio Puerto de Rosario, Difusora Entrerriana, Radio La Red, y su sistema de cable en el interior, Supercanal empresa que está concursada y por ello tiene una aprobación de AFSCA sujeta al momento en que se resuelva esta situación legal.
Opiniones
Según Martín Becerra, “esta separación inédita en la historia de los medios latinoamericanos cierra un capítulo que resume los vaivenes de la relación entre el kirchnerismo y Clarín, al tiempo que desborda las exigencias de la norma a la que también deberá adecuarse el grupo Telefónica con las licencias operadas como Telefé”.
El doctor en Ciencias de la Comunicación, investigador y docente universitario, afirma: “El plan de adecuación del Grupo Clarín cierra, además, un capítulo incómodo para el kirchnerismo y para el propio multimedios, y que se originó con la fusión de las empresas Cablevisión y Multicanal. Esta fusión, cosechada tras la afinidad que cultivaron Néstor Kirchner y Héctor Magnetto hasta 2008, devino en una estructura hiper concentrada del sector más lucrativo de los medios avalada por el Estado mientras obstruía el ingreso de nuevos competidores”
Más crítico por lo que en la práctica va a significar este proceso de adecuación para el Grupo, el comunicador Francisco Godinez Galay afirmó en noviembre pasado: “Como vemos, no se desprende de absolutamente nada, y hasta fragmenta la cantidad de canales que constituyen Cablevisión sin desintegrar Cablevisión. Un absurdo. Esto no constituye otra cosa que la continuidad de la concentración bajo otra forma, mucho más explícita (…) Ya Martín Sabatella (presidente de la AFSCA) había dicho en repetidas ocasiones que si un titular excedido ponía alguna licencia a nombre de un pariente, esto era legal. Y que si dos socios titulares de un multimedio, se separaban y se repartían las licencias, también era legal. Legal pero no legítimo”, expresó.
Así puede también deducirse de las opiniones que Daniel Larrache, director de Gestión, Administración y Desarrollo de la AFSCA, dio en un reportaje realizado por Infojus Noticias: “Si vos tenés un socio y te tenés que dividir, va de suyo que cada uno puede hacerse dueño de la parte que ya es suya. Es parte de las propuestas que hace Clarín, porque Fintech quedaría siendo socio de una de las compañías”.
Por su parte, el presidente de la AFSCA manifestó al salir de la reunión de directorio: “Es el inicio del fin de las posiciones hegemónicas en el mercado de la comunicación que tanto daño le hicieron y le hacen a la pluralidad de voces y a la libertad de expresión”. Y agregó: “Vamos hacia un panorama de servicios audiovisuales mucho más plural, más democrático, con más libertad, sin que ningún patrón le imponga condiciones y agenda al resto de los medios”.
Desde la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA) se viene sosteniendo que desinvertir no significa necesariamente democratizar. En el documento que hiciera público para el 7D afirmaba que la desconcentración no es el único paso para multiplicar las voces y que la adecuación a la nueva ley no garantizará por sí sola la democratización si las corporaciones actuales fueran sustituidas por otros grupos que concentraran discursos, sean privados o estatales.
La RNMA decía en otro de sus documentos que, en el marco del plan de adecuación y desinversión, la transferencia de licencias que excedan las que prevé la ley “se hará entre privados y no liberará espectro que pueda llegar a ser parte del 33%”. Los planes aprobados representan justamente pases entre privados que, es ingenuo pensar, estarán desvinculados política y económicamente aunque aparezcan con personerías jurídicas diferentes, con contabilidades y administraciones separadas y en una supuesta competencia comercial entre ellos”.
“La desconcentración es solo un paso pero no el único”, afirma la RNMA, para quien la legalización de los medios comunitarios alternativos y populares es imprescindible si se quiere lograr una verdadera democratización de la comunicación.
Ante la falta de Plan Técnico y la no apertura de concursos, la RNMA junto a otros medios del sector han presentado ante la AFSCA una proyecto de reconocimiento para las emisoras comunitarias que el organismo podría suscribir y palear en parte el retraso en el proceso de legalización de estos actores que ocupan el 33% destinado a todas las sin fines de lucro. El mismo consiste en que la AFSCA les otorgue a estas emisoras de manera provisoria un reconocimiento que avale su existencia y funcionamiento, sujeto a los futuros concursos. Este reconocimiento del proyecto comunicacional que desarrollan, les permitiría a las emisoras comunitarias participar de distintas instancias institucionales como, entre otros, fondos de fomento, concursos, y diferendos en casos de sufrir interferencias o decomisos de equipos.
El proyecto sigue el espíritu de la resolución que ha permitido reconocer a televisoras de baja potencia (aunque en la mayoría de los casos se trató de proyectos comerciales y no comunitarios). Desde el sector de los medios comunitarios, alternativos y populares no solo hay reclamos a 4 años de la sanción de la ley. Hay también propuestas como ésta y su trabajo cotidiano que los posiciona como eslabón imprescindible para la democratización de la comunicación.